Una vez en Betera, nos aprovisionamos en el horno de Yolanda, que ya tiene "waypoint" en Metrobike.
Y empezamos la fiesta de las subidas, bajadas, senditas y demás cosas que tanto nos gustan. Nos respetó el viento anunciado que no llegó...
Y empezamos la fiesta de las subidas, bajadas, senditas y demás cosas que tanto nos gustan. Nos respetó el viento anunciado que no llegó...
Pero la naturaleza (y la mano del hombre), son así.
Sí, esto es una presa que nos encontramos al final del barranco, pero en Metrobike no nos asustamos por cualquier obstaculo del camino, así que...arriba con las bicis.
Sí, esto es una presa que nos encontramos al final del barranco, pero en Metrobike no nos asustamos por cualquier obstaculo del camino, así que...arriba con las bicis.
Un poco de "patabike" no viene mal, y es que estas sendas están muy poco transitadas.
Al fin llegamos a Olocau. Un paseito por sus calles, y en homenaje a mi amigo Javi (gran e insustituible reportero de Metrobike), retraté a mis compis con la Iglesia del pueblo...
1 comentario:
Uhmmm... ¡Que buena pinta!
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